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Yi Peng Lantern Festival: Tailandia

La espiritualidad está siempre presente en Tailandia, un país donde el budismo es la religión que profesa la mayoría de sus habitantes, algo que se nota al visitar el país.

Y es precisamente en noviembre cuando tienen lugar los dos mayores acontecimientos relacionados con la purificación y la renovación del espíritu: los festivales de Loy Krathong y de Yi Peng. Durante tres días, la música, el color y las luces inundan las calles, los templos, y los jardines ofreciendo una imagen fascinante. Pero, además, tienen lugar diversos eventos festivos como fuegos artificiales, bailes tradicionales, desfiles y concursos de belleza.

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El Holi se conoce también como el Festival de la Primavera, ya que celebra el final de la estación invernal en la última luna llena del mes.

Este festejo es de origen religioso, de las comunidades hindúes, pero cada vez se extiende más por el mundo y se festeja en otros lugares. Existen varias leyendas que cuentan la tradición. Una de las más populares es la que hace referencia a Holika, la malvada hermana del rey Hiranyakashipu y tía del príncipe Prahlad. El rey Hiranyakashipu era muy engreído y mandaba a todos a adorarle. Sin embargo, su pequeño hijo Prahlad se negó a hacerlo. En su lugar, se convirtió en un devoto de Vishnu, el dios hindú. Hiranyakashipu ordenó a su hermana Holika matar a Prahlad y ella, que poseía el poder de caminar a través del fuego sin quemarse, tomó al niño y se acercó al fuego con él. Prahlad, sin embargo, pronunció el nombre de su dios y sobrevivió al fuego, gracias a la protección de Vishnu. Holika ardió en la hoguera porque ella no sabía que sus poderes solo funcionaban cuando entraba en el fuego por sí sola. A éste hecho se le asocia la celebración de la victoria del bien sobre el mal.

Holi Festival of Colours: India

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El segundo país más poblado del mundo se paraliza por completo ante esta festividad. De hecho parece que hasta las enormes brechas sociales desaparecen ya que hombres y mujeres, ricos y pobres, niños y mayores se unen para celebrar juntos esta fiesta de colores tan esperada. Sin diferencias de clases, se abrazan y se desean Feliz Holi durante unas horas al año. Ese día no importan ni la casta, ni las deudas, se celebra la vida, se pide perdón y se perdona. 

Como toda celebración hinduista, Holi está cargado de rituales y ceremonias específicas. Los templos comienzan a llenarse de gente y los dioses reciben ofrendas. Una vez que la luna salió se prende una gran hoguera que representa el triunfo del joven príncipe ante su padre y su tía Holiká. Holiká se representa con un pañuelo rojo, una mascara o una estatua que se coloca en lo más alto de la hoguera.

La gente se agrupa rezando y cantando ante el fuego y suele haber un brahmán (sacerdote hinduista perteneciente a la casta más alta) que dirige la ceremonia. A medida que el fuego se va consumiendo el ritual va llegando a su fin. La mañana siguiente será el gran festejo 

Las personas se lanzan polvos de colores brillantes (llamados Gulal) y agua coloreada unos a otros ya que simboliza la felicidad por la llegada de la primavera. De esta forma simulan los colores de las flores que pronto nacerán.

Los colores no son escogidos al azar, sino que deben transmitir alegría y deseos positivos. Se han mantenido ciertos colores como tradicionales dentro de la celebración, como el amarillo que remite a la piedad, el naranja representa el optimismo, el azul simboliza la calma, el rojo es usado para el amor y la pureza, y el verde para la vitalidad.

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